Villa de Grado - Asturias - España

Crónicas Mosconas
Gustavo Adolfo Fernández Fernández

El monumento al Marqués de la Vega de Anzo

Como soy bastante maniático a la hora de escribir, no me contento con encontrar un tema que me resulte atractivo, necesito además buscar algún pretexto o justificación que me convenza de que el asunto que pretendo tratar es también pertinente y viene realmente a cuento. Quizá por eso, y como ya comenté en otra ocasión, uno de mis vicios confesables es el de coleccionar efemérides que voy anotando en un cuaderno y que luego me sirven de disculpa ideal para sentarme frente al teclado. Una de las páginas de mi cuaderno me recuerda que este año, más concretamente el próximo 31 de septiembre, se cumple el 50 aniversario de la inauguración del monumento al Marqués de la Vega de Anzo, obra del prestigioso escultor Víctor Hevia y que se encuentra situado en el Parque de Abajo o de San Antonio de la villa de Grado.

El monumento

Fue erigido por suscripción popular de los vecinos de Grado, entregándose a la familia del homenajeado un álbum con más de 3000 firmas. Estamos ante una obra de líneas sobrias formada por una base ancha y un monolito central prismático, en la parte delantera aparece un gran medallón con el busto del marqués y debajo el escudo familiar, en los laterales destacan dos figuras de niños que miran al horizonte, finalmente, en la parte posterior del monumento hay una inscripción que ensalza la figura del marqués ".noble por sus virtudes, insigne por su sentido cristiano del prójimo. Su acción benéfica y cultural dejó profunda e imborrable huella en este concejo. El pueblo de Grado dedica este monumento a su memoria. Setiembre de MCMLIV".

La inauguración

La Nueva España del 1 de octubre de 1954 reseña la inauguración del monumento bajo el titular "Grado rindió ayer un cariñoso homenaje a la memoria del marqués.". La crónica hace referencia a que " el hondo sentido popular del homenaje queda reflejado por el hecho de que la Comisión organizadora no ha existido realmente. Sólo se abrió una suscripción en los comercios y bancos de Grado, y de forma espontánea, ésta se vio día tras día engrosar, hasta alcanzar la cifra de ciento cuarenta mil pesetas.". La noticia continúa destacando que "ni una sola carta, ni una sola invitación, se cursó a nadie para que tomara parte en la misma", también nos informa de que "muchos donativos fueron de cincuenta céntimos" y según parece muchos llegaron "de Cuba, exactamente trescientos, y setenta de Tampa, Venezuela y Santo Domingo. Ello es el exponente fiel del agradecimiento de una comarca hacia el que vivió siempre pendiente de sus vecinos, en contacto con sus personas, preocupándose de sus problemas y desarrollando una labor social fundada en el cariño a la tierra de sus mayores." . Está claro que sólo el que tiene puede permitirse dar, pero recuerdo que mis abuelos siempre hablaban maravillas del marqués que propició distintas obras tanto en la villa como en el pueblo, Vega de Anzo, que da nombre a su marquesado. Durante la inauguración del monumento, el discurso del alcalde de la época, Emilio R. Mendivil, se centró precisamente en ensalzar la labor del marqués en pro de Grado, calificándolo de "su valedor más entusiasta y más eficaz". Como curiosidad reproduzco una parte de este discurso del alcalde donde enumera alguna de las actuaciones del marqués:

<Dona instrumental quirúrgico para la Cruz Roja local, inicia una suscripción editando un álbum de Grado para socorrer a los damnificados por la inundación del año 21; dona un magnífico edificio para el colegio de primera y segunda enseñanza, subvencionando su funcionamiento; sostiene camas en dispensarios de lucha antituberculosa, y dota becas para seminaristas a favor de familias humildes del concejo, acude a la reconstrucción de la iglesia parroquial con importantísimas cantidades, encargando a su costa valiosas obras en la misma; tutela y ayuda económicamente a todas las sociedades benéficas y culturales de la villa: Hermandad de Santiago y Santa Ana, Banda de Música, Casino, equipo de fútbol (.) su última gestión supuso la concesión de una subvención del Estado de cinco millones y medio de pesetas destinados a normalizar el servicio de abastecimiento de aguas y dotar de fuente pública a diecisiete pueblos del concejo>.

El marqués

Don Martín González del Valle y Fernández Miranda, segundo Marqués de la Vega de Anzo y Barón de Grado, había nacido el 25 de diciembre de 1882 en Oviedo, ciudad donde cursó sus estudios de Derecho, aunque el doctorado lo realizó en la Universidad Central de Madrid en 1905.

Conviene recordar que el Marquesado de la Vega de Anzo fue creado en 1889 por la Regente Dña. María Cristina, viuda de Alfonso XII, mientras que la Baronía de Grado fue creada por Alfonso XIII en 1919.

Don Martín es conocido por su faceta como escritor y político, aunque en su largo currículum aparece como consejero de varias empresas financieras e industriales, vicecónsul de Chile, procurador a Cortes, presidente de la Cámara de la Propiedad y de la Federación de los Sindicatos Agrícolas, miembro de honor del Instituto de Estudios Asturianos y un largo etcétera que incluye varias condecoraciones y distinciones honoríficas.

Como político militó en el partido conservador y fue un firme defensor de la monarquía y el catolicismo. Como escritor colaboró tanto en la prensa asturiana como madrileña, sobre todo con el periódico El Debate, del que fue consejero. En su juventud publicó, bajo el seudónimo de Vicente Castañedo, la obra "Ocios de estudiante" y luego le siguieron otros folletos y biografías.

Don Martín, que siempre pasaba sus vacaciones estivales en su palacio de Villa Julita en Castañedo, falleció en Madrid el 13 de enero de 1951.

El escultor

Como ya he mencionado, el autor del monumento que nos ocupa fue el conocido escultor Víctor Hevia Granda (Oviedo 1885-1957); por cierto, ésta no es la única obra de Hevia que tenemos en el concejo de Grado, de su misma mano salió el impresionante busto de Adolfo Prieto que preside la escuela de Sama. El estilo de Hevia se enmarca dentro del realismo academicista de influencias neoclásicas, gusta de las formas musculosas y de un concienzudo estudio anatómico. Su formación artística en Oviedo y Madrid, la completó con estudios en Italia y Francia. Cuando regresa a Asturias no le cesan de llegar encargos tanto oficiales como para monumentos conmemorativos, bustos, efigies de personajes y también esculturas funerarias. Entre su amplísima obra podemos citar las dos estatuas alegóricas y el escudo de la fachada del palacio de la Diputación en Oviedo, la estatua de Alfonso II al pie de la Catedral, de los hermanos Selgas en el Pito (Cudillero) o el monumento a José Tartiere en el Paseo de los Álamos del Campo San Francisco. Destaca también su labor de restauración en la catedral ovetense y la Cámara Santa, y aún tuvo tiempo para dedicarse a la docencia en la Escuela de Artes y Oficios de la capital del Principado, ser miembro fundador del Centro de Estudios Asturianos y académico correspondiente de Bellas Artes.

El monumento al marqués cumple sus bodas de oro esperando un lavado de cara, una buena limpieza a sus ennegrecidas piedras; otros de sus daños son más difíciles de subsanar, como los visibles sobre todo en las narices, ahora demasiado chatas, de las figuras del propio marqués y de los dos niños; y es que no todos tienen tanta suerte como el bueno del Woody Allen de piedra al que cambian de gafas cuando hace falta.

Paso las páginas de mi cuaderno y aparece el entrañable médico Don Fernando Villabella montado a caballo, el año que viene se cumple igualmente el 50 aniversario de su fallecimiento (el 5 de agosto de 2005); por este motivo la Asociación de Fotos Antiguas (ACFAYD) ha abierto una suscripción popular para realizar un busto conmemorativo a Don Fernando, pero, aunque suene parecida a la anterior, ésta es ya otra historia de la que probablemente me ocuparé en un próximo artículo.