EL HOMBRE TRANQUILO
Resulta sorprendente la importancia social que ha alcanzado
el deporte en una villa pequeña como Grado. Hoy por hoy resulta
más fácil aprenderse de memoria la lista de los reyes
godos que enumerar los clubs deportivos gradenses sin olvidar alguno.
Pero además de la cantidad podemos presumir de la calidad de
nuestros deportistas, algunos de los cuales han conseguido llegar
a la élite en sus respectivas disciplinas. En la última
Gala del Deporte Moscón se destacó y se rindió
homenaje a tres nombres propios, al karateka Óscar Vázquez,
al jugador de hockey Toni Sánchez y al ciclista Santi Pérez;
una trinidad de grandes deportistas que poseen además una cualidad
común, ante todo y sobre todo son buena gente.
Precisamente el fin de semana pasado de nuevo fue noticia Óscar
Vázquez al aumentar su impresionante currículum con
dos medallas en los Campeonatos del Mundo de Kárate, nada menos
que un oro por equipos y un bronce individual. Sirvan estas líneas
como felicitación a un campeón admirable, por su sencilla
y sincera forma de ser. Óscar siempre me ha recordado al “hombre
tranquilo” de la película de John Ford, lo veo como el
paradigma de la buena persona a la que jamás verás abusar
de su fuerza, ni tan siquiera presumir de sus títulos y victorias.
Como se decía en los comics Marvel, “todo gran poder
conlleva una gran responsabilidad”. Pero no todos los que poseen
o han poseído un don –léase fuerza, poder, posición
o cargo- son como Óscar. Un tocayo suyo, Oskar Schindler, quiso
en vano explicar al comandante nazi Amon lo que significa el poder
y la justicia. La primera fábula de la historia de la literatura
occidental, la del halcón y el ruiseñor que incluye
Hesíodo en sus Trabajos y Días, trataba ya este tema
y avisaba a los poderosos sobre el peligro de practicar la injusticia.
Parafraseando a Baltasar Gracián, por grande que sea el puesto
o el cargo hay que demostrar que es mayor la persona. No debería
ser tan complicado, el ejemplo a seguir nos lo da gente honesta como
Óscar. Definitivamente podemos presumir de la calidad de nuestros
deportistas, sobre todo de su calidad humana.